Por Fco. Javier Mateos, «Pacho».
He perdido mi virginidad modelística este año en Torrent, por así decirlo de algún modo, ya que ha sido mi primera vez que participo en un concurso, desde que empecé hace nada en este mundillo, un año escaso, se hablaba de la Exposición de Torrent, algo así como “La Catedral” de las exposiciones, o por lo menos esa era la impresión o la conclusión que yo sacaba de todos los comentarios que escuchaba.
Mis expectativas por lo cual, estaban bien altas, algo había visto en youtube, pero nunca es igual, hay que estar y verlo.
Llegué el viernes ya tarde en compañía de mi amigo Carlos Alba y allí nos reunimos a cenar con Joaquín Garcia y resto de amigos de otras provincias, pasamos la noche entre risas y anécdotas, sufriendo vamos, por lo que solo puedo decir que esto prometía.
El sábado por la mañana bien pronto, nos fuimos para el Auditori, ¡¡¡Que ganas tenia de llegar!!!, nada mas aparcar y ver a un par de figurantes vestidos de la Herr, uff, las mariposas en el estomago.
Primera sorpresa, no había apenas colas para la recepción de las piezas, trato amable y conciso, la primera impresión es que se sabían lo que hacían…
Poco a poco fueron abriendo los stands y si no hubiese sido por la lluvia un tanto molesta cuando hizo su aparición, la mañana se hubiese pasado en un abrir y cerrar los ojos, pero eso no impidió que los repasáramos de arriba abajo, siempre con un ojo con los miembros de las recreaciones históricas, ofrecían una más que curiosa imagen de los distintos uniformes que lucían…era imposible no quedarte observando sus vestimentas, así como el material que portaban, al principio de lejos, después ya hablabas y te fotografiabas con ellos tranquilamente…(es que impone un uniforme alemán, ehh).
Segunda sorpresa, conozco a más gente de la que yo pensaba, esto y el buen rollo que campa a sus anchas por doquier, hace que en ningún momento me haya sentido fuera de lugar, por supuesto, se cual es mi sitio, pero me siento cómodo, ya no tengo la sensación que sea la primera vez que estoy allí.
La comida, pues para no alargarme, genial, como la cena anterior, conociendo gente de lo más interesante que te puede aportar mucho y muchas, muchas risas…
Va llegando la hora de la apertura de la exposición, descubro que estoy nervioso, y no solo nervioso, estoy ansioso, ufff…!, a ver, pienso para mi, que no pasa nada, pero sí que pasa, si.
Cuando por fin entre en el recinto me contuve en no salir corriendo en busca de la vitrina de mi pieza para verla…aguanté los nervios que me pedían que realizara esa acción y con Carlos fuimos vitrina por vitrina, tranquilamente viendo todas las piezas, comentando y fotografiando…tanto es así, que entre que no sabía dónde estaba, la cantidad de gente, los empujones y demás, al final, nos recorrimos los dos pisos y no vi mi maqueta…y es que ese es el punto en contra que veo, hay mucha gente en un espacio muy reducido, te encuentras que o bien te arrastra la marea o bien te topas de frente con otra marea, hubo momentos que sí que me agobié un poco y tuve que salirme a la calle.
Pero como digo, es mi opinión, dado que se expone en los pasillos del auditorio, se queda pequeño para tanta gente deambulando sin rumbo fijo, debería de haber un sentido de dirección que hiciese que todo el mundo circulara por la misma dirección. Por lo demás, perfecto, las vitrinas son altas y protegidas con una plancha de metacrilato a media altura, por lo que si quisieras podrías tocar las piezas.
Finalmente, vi la mía…bueno, no estaba tan mal, la verdad es que me produjo mucho orgullo verla entre otras piezas de gran calidad y ya desde ese momento supe que no tenía nada que hacer, pero bueno, eso ya lo sabía incluso antes de ir. Pero gusta ver que la gente le hace fotos a tu maqueta, no lo voy a negar.
Desde este momento la exposición se me hizo algo pesada, las pocas horas de sueño, el cansancio, tanta gente, no sé, ya me empezaba a apetecer el recogerme o cambiar de sitio. Poco a poco la gente fue menguando, por lo que en ese momento que seria sobre las 19:00-20:00 horas, fue cuando me dedique a ver la exposición tranquilamente recreándome en las maquetas que para mi parecer eran dignas de elogio. Sencillamente, una pasada. Nunca antes había visto tantos modelos juntos con tan buena calidad, cuanto talento hay por ahí…y ya de los dioramas, que decir, me parecieron muchos de ellos de otro mundo.
Después de cenar (por supuesto entre risas y buen rollo), creo que me caí dormido antes de que mi cabeza tocase la almohada, muerto es poco.
A la mañana siguiente, la del domingo ya, debo de reconocer que aunque sabía que no me iba a tocar nada, tenía cierta (cierta no, muuucha), curiosidad por llegar y ver las maquetas premiadas. Esta vez sí que entré directa a ver la mía, estaba claro que ni una triste mención, pero me sentí feliz, contento y orgulloso de ver todos los premios que mis compañeros habían cosechado, la medalla es lo de menos, pero creo que es el premio a un trabajo y esfuerzo bien hecho, porque hoy en día, compaginar trabajo, familia y demás con este hobby, ya solo eso es motivo de merito.
La entrega de premios, me gustó bastante, supongo que lo único que quitaría seria a los políticos que solo quieren salir en la foto, porque de hecho, nada mas hacérsela salieron huyendo despavoridos… pero volviendo a la entrega, no se hace pesada, ya que uno está sentado cómodamente en la grada del auditorio y la ceremonia es bastante ágil y rápida.
Y por ultimo ya después de comer, allá sobre las 4 de la tarde, (que aquí veo otro punto en contra, ya que para los que nos desplazamos larga distancia, esa hora es una puñeta), se recogen las piezas expuestas, y como no, la ultima grata sorpresa es que apenas había nada de cola, la entrega se hace muy, muy fácil, cómoda y rápida.
Y colorín, colorado, después de despedirte de todos los que puedes, vuelta a casa, con una sonrisa de oreja a oreja por un fin de semana genial, en compañía de gente genial y en un evento, genial.